lunes, 15 de agosto de 2011

Células asesinas contra la leucemia

Un paso hacia un posible nuevo tratamiento para la leucemia que utiliza las células inmunes del paciente para atacar y destruir al cáncer acapara la atención de los medios.

Aunque es prometedora, sólo tres pacientes probaron la terapia; tuvieron diversos efectos secundarios como fiebre de hasta 40 grados, insuficiencia cardiaca y dificultad para respirar.

Un año después del tratamiento, dos de ellos tuvieron una remisión total de la enfermedad y sólo uno tuvo una respuesta parcial. Los tres sufrían de leucemia linfocítica crónica, uno de los tipos más comunes de la enfermedad que afecta a la sangre y a la médula ósea.

Los resultados de la investigación se publicaron en el New England Journal of Medicine y en el Science Translational Medicine. Los científicos informaron que pudieron convertir a los propios glóbulos blancos de los pacientes en "asesinos seriales" para destruir a las células cancerosas.

El equipo del Centro Abramson de Cáncer de la Unversidad de Pennsylvania y la Escuela Perelman de Medicina extrajo glóbulos blancos de los pacientes y los reprogramó genéticamente para atacar las células malignas.

Los investigadores unieron las células T, encargadas de proteger al cuerpo contra infecciones, con una proteína existente en las células tumorales de la leucemia linfocítica crónica. Finalmente, inyectaron las células T modificadas de nuevo el cuerpo de los pacientes.

"En un plazo de tres semanas, los tumores fueron eliminados, de una forma mucho más violenta de lo que esperábamos", dice el doctor Carl June, autor principal del estudio, en un comunicado de prensa de la universidad. "Funcionó mucho mejor de lo que esperábamos".

Uno de los participantes de la prueba escribió un ensayo sobre su experiencia. "Estoy saludable y sigo en remisión. Sé que esta puede no ser una condición permanente, pero decidí desde hace meses declarar la victoria y asumir que gané".

El estudio podría tener implicaciones para la leucemia, que afecta aproximadamente a 43,000 personas cada año, de acuerdo con la Sociedad de Leucemia y Linfoma. El tratamiento es difícil; el trasplante de médula ósea es la mejor apuesta, pero es de alto riesgo y es complicado encontrar donadores compatibles.

En la revista New England Journal of Medicine, los investigadores describieron a un hombre de 64 años cuyas células tumorales se extendieron por toda su sangre y médula ósea.

Dos meses después de la transfusión de las células T, nada parecía cambiar. Entonces, el hombre comenzó a tener fiebre, escalofríos y náuseas. Las pruebas mostraron un incremento dramático de las células T en su sangre y una muerte masiva de las cancerosas. Esto puso en peligro su vida, pues su cuerpo se obstruyó con tantas células muertas, de acuerdo con la filial de CNN, Philly.com

Un mes después de la transfusión, su sangre y médula ósea no mostró ninguna evidencia de la leucemia.

La prueba de células está suspendida y por el momento no están reclutando a más pacientes, de acuerdo con la página web de la Universidad de Pennsylvania. El estudio reiniciará en uno o dos meses más, pero muy pocos podrán ser tratados.

A pesar de los resultados prometedores, una editorial en New England Journal of Medicine pidió cautela, debido a los efectos secundarios como el agotamiento de células B, glóbulos blancos que producen los anticuerpos para combatir infecciones.

"Sólo con un uso clínico más extendido", escribieron los editores —el doctor Walter Urba y el doctor Dan L. Longo— "sabremos si los resultados del informe (…) reflejan un autentico avance hacia una terapia clínicamente aplicable y una terapia efectiva o incluso si es otro camino prometedor que va hacia una barrera que no se puede superar fácilmente".

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