miércoles, 12 de enero de 2011

Siempre te esperé

Yo  siempre te busque en el viento, en la inocente mirada de un niño, en el alba Y en atardeceres.

En noches de triste agonía, te besaba imaginando tus labios.
Tú recorriste cada centímetro de mi rostro,
con el rocío donde oculté tantas veces mis lágrimas,
Fuiste mi compañera sin que lo supieras,  en los días de crudo invierno  tú presencia omnisciente
Hizo que pudiera tragar el elixir de mi grandiosa derrota.
Te aguarde por tantos inviernos, por el calor que tú presencia me daba,

un día pensé que nuestro encuentro en el concierto de la vida, nunca llegaría a ser.
Me aterroriza pensar que esta ilusión tan bella, tan grande sea solo eso, una ilusión,

un dulce sueño del que pronto he de despertar.

Tú  me has liberado de las cadenas de un pasado lleno de dolor,

y quiero de alguna forma darte las gracias por estos días de felicidad,

no hay nada en el mundo tan especial que amar y saber que al otro lado del arcoíris alguien piensa en ti.

Que las distancias no son barreras para el más noble de los sentimientos, el amor.
Me he jurado que no me iré de este mundo sin antes contemplar  tus bellos ojos azules,

azules como el cielo mismo, profundos como lo divino, y poder ver a través de ellos,

la plenitud de tu alma.

Si supieras que te veo en cada pétalo y en cada rosa en botón, el que comienza a abrirse a la vida,
Como tú has abierto tu corazón, me haces soñar y creer una vez más en este mundo,

tú alma y las palabras que brotan de ella, me hacen el ser más feliz del universo.

The Phantom of the opera
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