sábado, 25 de agosto de 2012

Sentimientos encontrados

Me he vuelto una persona gris, apagado, sin brillo, respiro como un reflejo de un cuerpo que lo ha dejado el alma, de alguien que ya no quiere seguir viviendo, porque perdió la facultad de soñar, el hacerlo causa dolor, melancolía, una eterna lucha de sentimientos encontrados. 


Y es que, en el laberinto de la vida éste caso ya no tiene solución, es por eso que siento la muerte cada vez que mi mente se inunda de recuerdos y fantasías, de ilusiones ya marchitas carentes de un futuro, de sueños rotos que no podrán unirse nunca más. Mi renacer solo puedo verlo a través de las sombras de un lejano pasado, pero que para mí ocurrió ayer, como nos alejamos en el tiempo, para olvidarnos de quien un día fue la alegría de nuestra vida, un ángel que lleno ese vació que hoy lastimosamente siento.

No, ya no existe nada, el dolor fluyó por mi corazón pasando por mis venas, por cada centímetro de mi ser. Hoy sé que no viviré mucho, tal vez Dios ha escuchado mi llanto y ha sentido compasión de mi, ya no estaré para cuando mi hija cumpla sus quince años, ni ver jugar a mi hijo, el que está tan lejos, en el infinito esperando alcanzar mi mano, pero no puede, y despierto de este loco sueño de amor imposible.

 He tomado una decisión, quiero ser recordado como una persona buena, porque al final todos los muertos son buenos, hoy no estoy bromeando, sé que para cuando ya no este, se sentirán mucho mejor, o ¿acaso no han deseado mi muerte? porque han sentido mucho odio, uno tan grande que solo con la muerte podrá deshacer, así que les dedico mi último acto, su desprecio me acorraló y no me dejó otra salida, es muy triste estar en mi posición, es muy triste sentir la soledad, ya no tengo a nadie, paso las horas callado y pensando en todo lo que fue. 

Que Dios perdone mi disparate así como yo las he perdonado, porque si no son consientes, arruinaron mi vida al grado de ya no desearla, éste será un adiós definitivo, esperen unos días para que lo comprueben, y no sientan ninguna clase de remordimiento, “ en vida hermano, en vida”, lo demás dejó de importar. Las esperaré en el más allá, y si fuese cierto que hay espíritus que pueden regresar, tengan la plena seguridad que sentirán mi presencia protectora, por todos los años que estarán por venir, al fin, ya no me regiré por el tiempo, pues el mío será la eternidad en donde dejan de existir los relojes.
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